José Peñarroya, Valenciano  de Forcall, nacido en 1910, aunque de muy joven ya se fue a Barcelona (con 2 añitos),  desaparecido en 1975, nos trajo personajes tan conocidos como Gordito Relleno, Pitagorín, Don Pio, Pepe el hincha, etc. Empezó a dedicarse al dibujo muy tarde, con 31 años, pues antes era contable, y el tiempo que le dedicó al dibujo marcó un estilo muy particular. Empezó en una productora de dibujos animados, pero más tarde por fin entró a participar en Pulgarcito, donde surgieron sus personajes mas célebres, aunque se cree que su primera historieta publicad aparece en DDT en 1951.
Fué uno de los fundadores de Tio Vivo, revista que en la época que yo conocí solía ser de portada azul, protagonizada por “Hug, el troglodita”. Sus personajes eran gente de la época, con sus ilusiones y sus preocupaciones, y hay quien dice que “Don Pio” era él reflejado, con las inquietudes de un marido con su entorno. El personaje que mas sonó de Peñarroya fue quizá “Gordito Relleno”, que era un buenazo que siempre iba solo, y que inocentemente se metía en un lió tras otro. En su estilo, trasladaba a sus personajes las preocupaciones cotidianas de la época. Sus dos favoritos son Don pío, con el que se siente identificado, y Gordito relleno.

Primera historieta de Gordito relleno con Don Berrinche

 

A parte de sus personajes, también hacía chistes de una viñeta
como la mayoría de los dibujantes de la época.

Don Pio y su esposa Benita, matrimonio muy bien avenido, que se basa principalmente en las preocupaciones del marido, un buenazo pero que la mayoria de las veces su buena fe le lleva a diversos desastres. La mayoría de sus personajes eran siempre gente de buena fe, excepto Don Berrinche, que siempre estaba renegando de cualquier cosa que hiciera alguien, que casi siempre era a disgusto suyo. Así era Don Pío en sus inicios.

En sus dibujos me chocaba sobre todo que en casi todas las viñetas, se veían como si la cámara que las filmase estuviera a ras de suelo, sin ver las 3 dimensiones en ningún momento, como se ve en esta imagen de Don Pío tras el transcurso de los años.

Así eran la mayoría, cosa que a mi por ejemplo me dificulta mucho reflejar lo que quiero si no se ven las 3 dimensiones. Aunque, por su puesto, yo no me puedo ni de lejos comparar a “Peña”, como le llamaban sus amigos. A parte de sus personajes, también, como la mayoría de dibujantes, dibujaba tiras cómicas de chistes para esas famosas páginas de los tebeos, que eran secuencias de una sola imagen, o las famosas “sin palabras”, en la que la imagen lo decía todo.

En Pitagorín, encontramos a un niño prodigio, siempre con su amigo Pepito, capaz de lo impensable para solucionar algo o desenmascarar a un timador. Comportándose como un niño mas, con sus juegos y amigos, es un personaje con carácter humilde pero muy inteligente.

 

En los tebeos mas recientes, hasta hace poco se podía encontrar personajes de Peñarroya en historietas de 4 filas ¿y como es eso, si él las hacia de 6 o 5 filas? Pues me imagino que las historietas no son ni mucho menos originales ni antiguas, sino hechas por imitadores en algunos casos, y con viñetas originales recortadas y redistribuidas en otros, para rellenar tebeos no basta con los pocos autores clásicos que quedan, así que para conservar el estilo de los tebeos que tanto han gustado, supongo que se les encarga a otros que imiten los estilos de autores ya desaparecidos, cosa que pude apreciar en algunos casos, donde veía a Gordito Relleno, que no me creo que fuese de Peña, ya que no imita su estilo de verse los personajes con los pies en la misma línea horizontal como solía hacer Peñarroya.

También tenemos a Pepe el Hincha, gran aficionado al Pedrusco F.C., un desastre de equipo que siempre pierde por goleada. Dicen que éste personaje salió de su gran afición al fútbol, lo cual me hace pensar que todos sus personajes son parte de su forma de ser, quien sabe si de niño era prodigo como Pitagorín, o se ha sentido solo ante el peligro como Gordito Relleno, o ha tenido una esposa a la que quería mucho con la que compartía todas sus inquietudes como Don Pío, y quien sabe también si Don Berrinche no es ese lado oscuro que todos tenemos pero que él nunca sacaba