En 1917 se publicó la revista TBO. El éxito fue enorme, y de ésta revista salió el nombre que conocemos vulgarmente como "tebeos", ya que todas las revistas de comics a partir de entonces se llamaban "tebeos", nombre recogido incluso en La Real Academia de la Lengua Española. El alma de su creación fue Ricardo Opisso, quien creó numerosas portadas para esta revista, y apareció en Barcelona, durando décadas, interrumpida solo por la guerra  civil. Estaba destinada a los niños, de 6 a 10 años, aunque al principio salía en la portada "Revista para todos", y luego saldría "Para niños de 6 a 80 años".

Desde entonces y hasta ahora tebeo es sinónimo de cómic o historieta de dibujos para niños. Aunque en el subconsciente popular siempre quedará el recuerdo de ese viejo folletín.

Tras la guerra civil, TBO se volvió a publicar a partir de 1940, de manera intermitente; los primeros tiempos fueron difíciles y la falta de autores artísticos y literarios, obligaron a la revista a salir escasa en tamaño y contenidos. Después, en sus páginas surgieron algunos de los personajes más populares de los cómics: LA FAMÍLIA ULISES, EUSTAQUIO MORCILLÓN y MELITÓN PÉREZ, de Benejam; CRISTÓBAL Y ANGELINA, de Muntañola, junto a páginas sueltas de Coll, Arnalot, Tur, Blanco, Ayné, Bernet Toledano, Tha, junto a muchos antiguos colaboradores de la anteguerra. La revista TBO evolucionó poco con los años, resultando siempre ser una publicación de corte clásico y de humor ligero.

Tras la muerte de Franco, se intentó editar  TBO también en catalán pero fue un fracaso, por presentar materiales caducos aprovechados de su homónima en castellano y mezclar épocas, estilos, autores, etc. de forma confusa y poco acertada.

Entre los autores que mas recuerdo de esta revista esta Benejam, creador de Babalí y La  familia Ulises, que estaba normalmente de contraportada de la revista, o Coll, cuyos dibujos eran inconfundibles por su estilo tan personalizado. De hecho, Blanco, Ayné (Joaquinete y su chupete), Toledano (Altamiro de la cueva), Muntañola (Josechú el vasco), etc.  TBO estaba compuesto por una serie de personajes que ya eran "de plantilla", y a parte con historietas independientes de los mismos autores. Entre los personajes fijos destaco a Altamiro de la cueva, Las aventuras de Eustaquio Morcillón (y Babalí), La familia Ulises, Josechú el vasco, Joaquinete y su chupete, y por su puesto, Los grandes inventos del TBO. Y varios mas, aunque alguno  de ellos no tenia un nombre propio, y aunque eran los mismos personajes, el titulo era el titulo de la aventura en concreto y no de sus personajes.

La familia Ulises

 

 

Después de la contienda, al TBO original le salieron nuevos competidores: Pulgarcito (1947), DDT (1951) y TioVivo (1955), donde aparecían personajes tan famosos como sus creadores: Escobar, Vázquez, Ibáñez, Cifré..

Fueron años de esplendor para género del comic. Durante la época dorada del cómic español, triunfaban los tebeos de aventuras protagonizados por el Capitán Trueno, el Guerrero el Antifaz, Jabato...

Pero en pocos años, los superhéroes a la española se vieron arrasados por los americanos Spiderman, Batman o Superman. Historias que para los puritanos del género jamás alcanzarán la condición del tebeo, como tampoco lo hará el manga.


Los inventos del T B O

Si hay un apartado de la revista emblemático por excelencia, ese es el apartado de "los inventos del TBO".
El profesor Franz de Copenhague (cuyos extraños inventos fueron casi proféticos), estaba repleto de ideas que alguna de ellas con el tiempo resultó ser un gran invento.   Esta sección estuvo a cargo de Ramón Sabatés Massanell.

            

Ramón Sabatés nació en 1915, en Barcelona, y con 6 añitos estudiaba en el colegio La salle de Gracia. Empieza en el arte de la pintura en 1930, siendo enseñado por un pintor amigo de su padre, y con la experiencia adquirida empieza con dibujo humorístico un año después, colaborando en la revista Cholito, de la editorial Gato Negro, posteriormente conocida como Bruguera. En 1932 colabora con las revistas Pocholo y Jordi, y 3 años después, en 1935, trabaja en los semanarios Boliche, Mickey y en Calderilla, Camaradas y La Alegría Infantil, estas 3 últimas pertenecientes a la editorial Bruguera. Luego vino la guerra civil, pero al finalizar ésta, ya en 1941 empieza a dibujar colecciones monográficas, tanto en dibujo realista como en clave de humor. Por fin, en 1943, empieza en TBO con sus páginas de Los Grandes Inventos del TBO y El Profesor Franz de Copenhague. Dibuja también en Pulgarcito con personajes de humor muy célebres. En 1948 produjo cuadernos de Cuentos de Pocholo y Cuantos de Fati. Hizo también chistes diarios para el periódico La vanguardia, en los años 60. En 1988, en el cercano final de La Editorial Bruguera, que sería comprada por Ediciones B, ésta compra TBO y se publican nuevas creaciones de Los Grandes Inventos del TBO. En 1989 colabora en El Periódico de Catalunya, y en TV-3, y hace parodias de los divos de la ópera en la revista Montsalvat. Tristemente, y en sus últimos días, estaba en un asilo sin dinero, lo cual le obligó a vender originales de los inventos que había creado para recaudar fondos, por unas 35.000 pesetas cada un (210 Euros aproximadamente),  ya que Ediciones B, del Grupo Z, publicaba todavía sus obras, pero por lo visto no tenían que pagar ningún derecho de autor a Sabatés, dejando que éste viviese casi en la miseria. Es la diferencia de políticas de un país a otro, si leéis la sección de Tintín, vereis como en Bélgica, a su autor Hergé le han referenciado con varios homenajes, como estatuas de bronce de sus personajes, incluso le han dado el nombre de su creador a un planeta de reciente descubrimiento, mientras que en éste país, no hacen NADA por genios necesitados que tanto han dado y han significado para mucha gente. Es lamentable como tratan a este país a alguien que no les resulte ya económicamente provechoso, una pena, de verdad.